Con este importante avance en la segunda etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, Argentina da un paso decisivo hacia la consolidación de su autonomía en materia energética, lo que tendrá un impacto positivo en la economía y en la competitividad de las localidades productivas cercanas a la traza del gasoducto.
Enarsa, la empresa estatal argentina de energía, ha dado un paso fundamental hacia la consolidación de la soberanía energética del país al aprobar el llamado a licitación para el suministro de los caños necesarios en la segunda etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK). Esta importante obra de infraestructura energética se extenderá a lo largo de 524 kilómetros, desde Salliqueló en el sur de la provincia de Buenos Aires hasta la localidad santafesina de San Jerónimo.
La novedad en esta ocasión radica en que, a diferencia del tramo inicial (Tramo I), que contó con financiamiento estatal, las empresas interesadas en participar en esta licitación deberán presentar propuestas de financiamiento. Esta medida busca garantizar el abastecimiento de los tubos de acero con costura de 36 pulgadas de espesor, 12 metros de largo y aproximadamente 5.000 kilos de peso cada uno. Estas especificaciones son similares a las utilizadas en la Etapa I del proyecto, que fue adjudicada al consorcio Techint-Tenaris.
La segunda etapa del Gasoducto Kirchner se estima que requerirá más de 43,000 tubos, lo que conllevará aproximadamente 8,600 viajes en camión para su transporte a los puntos de acopio y los frentes de obra que compondrán la construcción. En un comunicado oficial, Enarsa subrayó que este paso marca el inicio del proceso para llevar a cabo una obra fundamental para la soberanía energética del país.
Agustín Gerez, presidente de Enarsa, destacó la importancia de esta nueva fase y su conexión con el proyecto en su conjunto. “Este nuevo desafío, impulsado por Sergio Massa, permite cerrar el círculo virtuoso que se inició con la primera etapa de este proyecto», afirmó Gerez.
El funcionario también subrayó el impacto positivo que tendrá la segunda etapa del GPNK en la economía argentina. «Con la segunda etapa del GPNK y con la Reversión del Gasoducto Norte, que iniciará su operación en abril de 2024, vamos a ahorrar más de 7,500 millones de dólares en importaciones de energía e incluso tendremos saldos exportables de gas por más de 1,000 millones de dólares por año», señaló.
La culminación de esta obra de infraestructura energética permitirá suministrar gas natural a las localidades productivas cercanas a la traza del gasoducto que actualmente dependen de gas licuado de petróleo, lo que encarece sus procesos y los bienes finales que producen y comercializan. La capacidad total del sistema se incrementará en un 25 por ciento, alcanzando los 39 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d).