Represión y caos en Jujuy: Morales enfrenta una creciente ola de protestas y exigencias de renuncia

En la provincia de Jujuy, el gobierno provincial responde con una violenta represión. Gerardo Morales, perteneciente a nivel nacional a la Unión Cívica Radical (UCR) y miembro de la coalición de Juntos Por el Cambio, PRO (Propuesta Republicana) y la Coalición Cívica ARI, se enfrenta a una creciente resistencia y una ola de reclamos por parte de pueblos originarios y diversos sectores de la sociedad jujeña. La furia y la represión marcaron una jornada de intensas protestas y cortes de ruta, en los que medio centenar de personas resultaron detenidas y se registraron numerosos heridos. Mientras los manifestantes exigían la renuncia del gobernador Gerardo Morales y la anulación de la reforma de la Constitución jujeña, La provincia de Jujuy vivió ayer un día marcado por la furia y la violencia estatal, con cortes de ruta y protestas que se multiplicaron desde la Puna hasta la selva de Yungas, y una respuesta represiva por parte del gobierno provincial. La represión dejó como resultado medio centenar de personas detenidas, un número indeterminado de heridos y algunas personas cuyo paradero aún se desconoce.

Desde tempranas horas de la mañana, la Policía detuvo a dos comuneros en el corte en la rotonda de Purmamarca, uno de los puntos neurálgicos de la protesta. Los comuneros Jesús David Flores y Desiderio Olmos fueron arrastrados y golpeados por los policías, generando horas de bronca y zozobra hasta que finalmente fueron liberados.

A lo largo del día, se registraron varios episodios de represión, siendo el más violento el ocurrido en Purmamarca, donde se lanzaron balas de goma, gases lacrimógenos y golpes. Al menos 27 personas fueron detenidas, y desde las puertas del penal de Alto Comedero se informó que había una lista de 39 personas detenidas, aunque no se proporcionaron nombres oficialmente. Además, se reportaron personas heridas, algunas con impactos en los ojos o en la cara.

La violencia estatal se recrudeció cuando una comitiva del gobierno llegó al lugar para entregar copias del texto constitucional reformado, argumentando que no se lesionaban los derechos indígenas. Sin embargo, la respuesta de los manifestantes fue de repudio y exigencia de la renuncia del gobernador Gerardo Morales. Ante la negativa de retirar a los niños y niñas de los cortes, se desató una nueva represión.

En medio de este escenario caótico, la resistencia y los cortes de ruta se multiplicaron en toda la provincia. La noche cayó, y los manifestantes continuaban luchando por sus demandas, exigiendo la anulación de la reforma constitucional y la renuncia del gobernador. Desde La Quiaca hasta Libertador General San Martín, pasando por Tilcara, Purmamarca y otras localidades, los piquetes se extendieron en una muestra de determinación y rechazo a las medidas gubernamentales.

Ante la brutalidad policial y la creciente tensión en Jujuy, diversas organizaciones de derechos humanos, gremiales y políticas han alzado su voz para pedir el cese de la represión y la apertura de un diálogo urgente. El Comité Provincial contra la Tortura ingresó al penal de Alto Comedero para verificar las condiciones de detención de las personas aprehendidas.

En definitiva, lejos de apaciguar los ánimos, la represión ha fortalecido la determinación de los manifestantes, quienes continúan resistiendo y exigiendo sus derechos. La provincia de Jujuy se encuentra inmersa en una situación de tensión y conflicto, donde la violencia estatal choca con la voluntad de lucha de los ciudadanos.

Autor