«Los diputados argentinos tenemos el salario más bajo (mucho más) de toda la región. Casi que da vergüenza” opinó, apesadumbrada, una diputada de la Alianza FdT.
El Gobierno Central del Estado Argentino, una de las regiones más prósperas y ricas del mundo, solicitará al Banco Centroamericano de Integración Económica un préstamo para la compra de vacunas contra el Covid-19. Nuestros congresistas solicitan aumentos en sus sueldos.
No son asalariados. El funcionario electo percibe una remuneración, o salario, que es el pago que se le ofrece a un empleado (legislador, por caso) por parte de su empleador (el pueblo que tributa) para ocupar una vacante (representación) y ofrecer su trabajo (legislar). Es bien conocido que, gran parte de las leyes impulsadas por el Ejecutivo, que ingresan al Congreso, son acompañadas por todo el arco político oficialista. No se discute, se resuelve a libro cerrado. Si no hay acuerdos con la oposición, se negocia de distintas formas. La mejor arma es la “coparticipación”.

La única verdad es la realidad. El gran problema del Estado Central Argentino no es económico, cultural o social. Tampoco pandémico. Es político, falta de una organización FEDERAL
La política depende de la inteligencia de sus integrantes, de sus capacidades y voluntad de acción para llegar a un resultado. Y del amor a su terruño. Es evidente que muy poco de esto hay en nuestro Congreso. Como Diputados o Senadores Federales no cumplen con su compromiso, naturaleza de su propia investidura, que es defender los intereses de la población y de los Estados Provinciales Federales que representan.
La diputada del reclamo salarial, quien representa al Estado Federal de Buenos Ayres, no ha percibido que es la más atrasada institucionalmente. Ni que hablar de su matriz productiva, de su tejido social, de su infraestructura, de su sustento energético, etc.
Una gran parte de nuestros paisanos bonaerenses están viviendo el día a día. El registro de pibes que abandonan la primaria va en aumento, el narcotráfico y la trata de mujeres también. A la provincia la están sojizando en detrimento de nuestros alimentos. Nuestras familias están pasando hambre, no llegan a dos platos de comida al día.
Es inaceptable un gobernador que no conozca nuestra región, puesto en la lista por extraños a nuestro espíritu bonaerense; que un santacruceño quiera tener autoridad sobre nuestros paisanos; que una estructura sectaria pretenda cambiar nuestros sueños y esperanzas, usos y costumbres, decires y haceres…Udes., Diputados y Senadores, están para defender y pelear por su provincia que dicen representar. Nos han desfederalizado. Buenos Ayres ha perdido su autonomía con respecto al poder central, y nuestros municipios han claudicado ante las decisiones de La Plata.
Sres. Legisladores levanten la bandera FEDERAL, trabajen a la par con los legisladores locales (provinciales y municipales) en el desarrollo y crecimiento integral de nuestras comunas, conviertan a nuestra Provincia Bonaerense en la locomotora que empuje al resto de sus hermanas, así, alcanzar la felicidad de nuestro Pueblo para la grandeza de la Patria, mediante la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, armonizando los valores materiales con los valores espirituales y los derechos del individuo con los derechos de la comunidad…luego discutiremos el sueldo.
LuisGotte.com
La trinchera federal