En la comuna de la capital bonaerense hay 281 mil personas que no llegan a cubrir la Canasta Básica Total, mientras que 57 mil no alcanzan a superar la Canasta Básica Alimentaria. Si se compara la estadística con el primer semestre del año pasado, en La Plata son más de 32 mil las personas que en un año pasaron a estar por debajo de la línea de pobreza.
Lo concreto es que, el Estado Provincial Bonaerense no podrá continuar, por más tiempo, con su sistema centralista de poder y menos aún, aglomerar y hacinar a nuestros paisanos en esa gran mancha urbana que es la urbanópolis del gran buenos aires.
Históricamente, para la política vernácula, la población ha sido la substancia clave para instaurar su proyecto de organización de poder político y poner en ejecución una administración de gobierno favorable a intereses extranjeros.
El desplazamiento poblacional, hacia las grandes urbes, está en íntima articulación con decisiones específicas surgidas de estrategias foránea, instrumentadas por la burocracia local, dirigida a cumplir con las exigencias que nos asigna el nuevo “Estatuto de Subordinación”.
La comunidad bonaerense manifiesta síntomas de una colectividad desgarrada y embrutecida, quedando sujeta a engranajes meramente electoralistas, donde el paisano es tan solo un voto y su barrio, una base electoral. El poder político es un fin en sí mismo y no se devela como un medio para “reconstruir una voluntad comunitaria que recree la noción de pertenencia, de integración al conjunto y de destino individual ligado al destino colectivo”.
El poder político irrespeta a nuestro pueblo, lo manipula y lo está conduciendo a su peor tragedia…al suicidio. Sin fe y esperanzas no hay motivos para una INSUBORDINACIÓN FEDERAL.
Luis Gotte
la pequeña trinchera
