A través del obispo castrense, Santiago Olivera, el Papa envió más de 50 rosarios a militares presos en cárceles del país o en su domicilio acusados de delitos de lesa humanidad.
Olivera dijo : “ Algunos me reclamaban por qué a Milagros Sala sí y a ellos no y el Papa no solo me bendijo y entregó más de cincuenta rosarios para que sean enviados a los militares que están presos en la cárcel de Campo de Mayo, de Ezeiza o están en sus casas detenidos, para que sigan rezando, sino también grabó un audio para todos los miembros de mi diócesis”.
Contó que durante la audiencia, la conversación giró en torno a la realidad del ámbito castrense y destacó que coincidieron en considerar que no son justicia las prisiones preventivas exageradas que aún pesan sobre muchos exmilitares acusados de crímenes de lesa humanidad, de edad avanzada.
El obispo castrense subrayó que : “El abuso de la prisión preventiva es injusto no solo para los políticos, sino también para los militares”.
“Con el Papa también hablamos de la posibilidad de que familiares de militares presos o que han sido víctimas de la subversión puedan ser recibidos por él, que se manifestó dispuesto a oír y acompañar esta problemática», adelantó.
Es un gesto significativo en el que se refleja la disponibilidad como pastor universal de sobrevolar cualquier división política de parte del Papa, que en el pasado recibió a Estela Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo y Hebe de Bonafini, principal referente de Madres de Plaza de Mayo, entre otros familiares de desaparecidos y víctimas de la dictadura.
En cuanto al nuevo gobierno Olivera comentó : “No hablamos para nada de la realidad nacional, pero le conté que ya tuve una entrevista muy buena con el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, con quien quedamos que en febrero vamos a vernos con el presidente Fernández, que es mi primer feligrés como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas”.
Por último también contó que durante la reunión recordaron a los soldados argentinos en misión de paz en Chipre, a los cuales el miércoles pasado él mismo acompañó a la audiencia general en el Vaticano, y a que luego compartieran unos mates con el Pontífice.