“Lo más importante, más allá del número, es que en la última marcha se sentían unas vibras realmente argentinas”, sigue ella. “Si vos ves a la gente que venía a las primeras marchas, eran un poco un estereotipo de la gente ecologista más elitista. Pero en la última la gente que venía hacía cánticos: se empezó a sentir más nacional la causa”.
Nicole Becker, la referente de los adolescentes argentinos que luchan contra la crisis climática
Tiene 18 años, estudia Derecho, lee a Naomi Klein y toma como referente a Greta Thunberg. Junto a cuatro amigos de la secundaria creó Jóvenes por el Clima y organizó una movilización de 15.000 personas al Congreso. “En Argentina hay que empezar a transicionar de una forma justa a otro tipo de energías”, dice.
Jóvenes por el Clima, su orga, es un grupo que hoy suma 40 miembros en la Ciudad de Buenos Aires (y otros tantos en el conurbano) y es el más nuevo, el más joven y el más actual entre todos los grupos ambientalistas argentinos. Se reúne todos los domingos en el centro cultural Berta Cáceres o, cuando este está ocupado, en algún parque.
En esos días de febrero en que todo comenzó, Nicole, que venía de terminar la secundaria en la escuela ORT (de la calle Yatay), había descubierto que del otro lado del océano había un movimiento de adolescentes peleando para detener la crisis climática y que Greta Thunberg, la sueca de 16 años, llamaba a la primera movilización internacional, que era el 15 de marzo.
“Yo siempre fui muy activa y muy curiosa, y me dije: ‘¿Por qué están haciendo eso? Qué raro’”, dice Nicole. “Era raro ver a tantos jóvenes de mi edad movilizándose por algo de lo que acá ni siquiera se hablaba”. La chispa inicial surgió en Instagram, donde crecía el hashtag #FridaysForFuture (con el que los movimientos europeos protestaban frente a los parlamentos en días viernes).
“Dijimos: ‘¡Wow, es un re tema!’”, sigue Nicole. “A nosotros nos importa mucho lo social, sobre todo. Y a partir de ahí creamos Jóvenes por el Clima. Cambiamos el nombre del movimiento internacional, que era en inglés, para hacerlo latinoamericano y argentino, porque no es lo mismo lo que reclamamos acá que lo que se reclama en Suecia”.