La comunidad universitaria argentina se está movilizando para llevar adelante una nueva marcha nacional en respuesta a la crisis salarial que afecta a docentes y no docentes en las universidades públicas. La reciente medida de fuerza, que incluyó un paro de 48 horas los días 20 y 21 de agosto, ha puesto de manifiesto el creciente malestar y la necesidad urgente de una solución.
Los gremios universitarios informaron que la huelga fue acatada en su totalidad, y la propuesta de una nueva movilización masiva se está gestando para el período comprendido entre el 9 y el 13 de septiembre. Esta movilización busca seguir presionando al gobierno para que ajuste los salarios y mejore el presupuesto destinado a la educación superior.
Pablo Perazzi, secretario general del Sindicato de Docentes de la UBA (Feduba), denuncia que, desde el inicio del actual gobierno, los salarios han experimentado un atraso superior al 50%, una pérdida acumulada que se compara con los cuatro años de gestión anterior. Según Perazzi, esta situación está llevando a una crisis en el sector académico que podría tardar años en recuperarse si no se toman medidas inmediatas.
En este contexto, Silvia Núñez, secretaria general de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes (Adiunq), señala que los docentes ganan entre 170.000 y 200.000 pesos, una cifra que no cubre las necesidades básicas, especialmente en un entorno inflacionario. Esta precarización afecta no solo a los docentes, sino también a los estudiantes, quienes enfrentan dificultades económicas que repercuten en su calidad de vida y en sus estudios.
Ricardo Petraglia, secretario general de la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional de Avellaneda (Aduna), critica la oferta de un aumento del 3% para agosto como una medida insuficiente ante una inflación del 126%. Además, Petraglia denuncia que las decisiones unilaterales del gobierno han empeorado la situación y han provocado un acatamiento masivo del paro en su universidad.
La estructura presupuestaria de las universidades, donde el 90% se destina a salarios y solo el 10% a gastos operativos, agrava la crisis. La falta de ajustes salariales adecuados ha llevado a una deterioración significativa en la calidad educativa y en las condiciones laborales.
En respuesta a la crisis, se han ofrecido descuentos especiales para jubilados como parte de las medidas de apoyo a la comunidad universitaria, subrayando el impacto generalizado del problema. Alejandro Cánepa, vicedecano de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad de Moreno, destaca que los estudiantes comprenden la situación y apoyan las movilizaciones, ya que las condiciones salariales también afectan su experiencia educativa.
La comunidad universitaria está organizando una serie de actividades para visibilizar el conflicto en las 60 universidades públicas del país, anticipando la próxima marcha federal. La movilización, propuesta por el Frente Sindical de Universidades Nacionales y respaldada por las federaciones de docentes y no docentes, busca fortalecer la negociación paritaria y asegurar una solución justa para el sector.
La crisis salarial en las universidades argentinas sigue siendo un tema crítico que exige atención urgente. La comunidad universitaria continúa unida en la lucha por una educación pública de calidad y por la mejora de las condiciones laborales de sus trabajadores.