Axel Kicillof, el gran protagonista de la elección: Reflexiones tras los resultados

Por Monica Angelini – Equipo Miguel Saredi Secretario de Planificación Operativa de La Matanza

La reciente elección ha dejado una huella imborrable en la historia política argentina. Más allá de los números finales, hay conclusiones que ya se pueden extraer, revelando un panorama complejo y diverso que influyó significativamente en los resultados obtenidos.

El gran protagonista de esta elección ha sido Axel Kicillof, cuyo desempeño se erige como la consecuencia de cuatro años de gestión en un contexto sumamente desafiante. Durante su mandato como gobernador de la provincia de Buenos Aires, Kicillof demostró ser un líder resiliente, tomando decisiones en un distrito crucial y complejo, donde confluyeron todos los conflictos, y donde la crisis económica impactó con mayor fuerza. Su cercanía con la gente, sus obras públicas y su habilidad de gestión se convirtieron en un respaldo fundamental para Sergio Massa en esta elección.

La sociedad argentina, en su sabia elección, rechazó las propuestas que planteaban un país en el que los pobres tendrían que vender sus órganos o sus hijos, donde los genocidas serían glorificados y las Malvinas entregadas, un sistema donde los candidatos usan metáforas de sexualidad perversa para rechazar la educación sexual. Esta elección trascendió los problemas económicos y puso en juego valores fundamentales de la civilización.

Los resultados electorales sorprendieron, superando las expectativas de las encuestas. Esto confirma que la sociedad comprende la diferencia entre las PASO y las elecciones generales, y que es complicado sacar conclusiones automáticas de los resultados. En este caso, los resultados fueron opuestos en cuanto a ganadores y diferencias.

Un factor clave en la diferencia entre las PASO y las elecciones generales fue la estrategia de Sergio Massa. En lugar de adoptar una campaña defensiva, Massa salió con fuerza y propuestas que sus competidores no tenían, especialmente en el ámbito económico, donde la inflación lo hacía más vulnerable. La negociación firme con el Fondo Monetario Internacional y las medidas de distribución de ingresos tras la discusión con el FMI impactaron positivamente en la percepción de la sociedad.

La actitud enérgica de Massa se basó en un enfoque más abierto y dispuesto al diálogo en comparación con sus competidores. La respuesta contundente a los especuladores del mercado de divisas reforzó su imagen de líder capaz de tomar decisiones en situaciones adversas.

Por otro lado, los anuncios controvertidos de Javier Milei sobre un país sumido en la edad media y la interna feroz entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich dentro de Juntos por el Cambio debilitaron las candidaturas de estos partidos.

La campaña para la segunda vuelta será un pulso entre Massa y Milei por los votantes de Juntos por el Cambio. Milei, quien adoptó el discurso de Bullrich, se mostró desesperado por conseguir los votos que le faltan. En contraste, Massa se presentó como un líder sereno, hablando de unidad nacional y comprometiéndose a incluir a funcionarios y técnicos de diversas corrientes políticas.

Los resultados de esta elección marcan un punto de inflexión en la política argentina y ponen de manifiesto la importancia de las decisiones estratégicas de los candidatos, así como la percepción de la sociedad sobre los valores fundamentales que defienden. La segunda vuelta promete una confrontación de modelos de país claramente definidos.

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