En medio de la turbulenta interna de Juntos por el Cambio, la precandidata presidencial Elisa Carrió no tuvo reparos en disparar fuertemente contra Mauricio Macri, acusándolo de proponer medidas que tendrán un impacto despiadado en la mayoría de la población argentina.
En un episodio cargado de tensiones entre los principales referentes del partido, Carrió arremetió duramente contra el ex presidente, denunciando sus propuestas como «brutales» y dirigidas específicamente contra la clase media. Las declaraciones de la precandidata dejaron en evidencia la fractura dentro de la coalición gobernante.
«La gran mayoría de nosotros, la dirigencia de Juntos por el Cambio, incluyendo a Coalición Cívica, una parte importante del radicalismo y casi la mitad del PRO, seguimos manteniendo nuestra identidad. Quizás Mauricio la haya perdido», expresó Carrió, especialmente preocupada por la inclusión de Juan Schiaretti en el espacio político.
Pero las acusaciones no se detuvieron ahí. Carrió lanzó una de sus frases más contundentes contra Macri, afirmando: «Tuve que tragarme, eh… La Nación me pidió que uniera al país y lo hice, pero me costó mucho. Imagínense que el padre es un contratista de la patria, manejaba la basura. Me costó sangre, sudor y lágrimas».
Además de reconocer haber tenido una buena relación con el fundador del PRO, quien actualmente preside la Fundación FIFA, Carrió afirmó que él busca implementar un ajuste tan brutal que ella no está dispuesta a aceptar. Y agregó: «¿Saben por qué no estoy dispuesta? Porque toda la clase media argentina caerá en picada. Aquellos que no vivieron como clase media no saben lo que significa. Él nació rico. Mis abuelos eran ricos; yo he trabajado desde los 17 años».
La precandidata presidencial advirtió sobre las consecuencias de una destrucción de la clase media, señalando que ello daría lugar a una gran masa de pobres, representando el 60% de la población, que se sometería al caudillo de turno. Según Carrió, el kirchnerismo logró su objetivo de poner al borde del abismo a la clase media y construir una fábrica de pobres para mantenerse en el poder en Argentina.
«Durante mi tiempo en el gobierno de Cambiemos, nunca estuve dispuesta a destruir a las clases medias en nombre de un ajuste brutal o una violencia estatal desenfrenada. No estoy a favor de ninguna de las dos opciones. La gente quiere paz», enfatizó Carrió, dejando en claro su postura.
La unidad de Juntos por el Cambio en peligro A medida que se acerca el cierre de alianzas, la unidad de Juntos por el Cambio parece estar en riesgo. Sin embargo, los múltiples acuerdos y alianzas cruzadas hacen difícil imaginar una ruptura en este momento.
Aunque todavía no se ha definido el nombre de la coalición, Juntos por el Cambio se presentará como frente y estará conformado por el PRO, la UCR, Coalición Cívica y Encuentro Republicano, liderado por Miguel Ángel Pichetto. En las próximas horas se concretará la incorporación de dos nuevos partidos: el GEN de Margarita Stolbizer y Avanza Libertad de José Luis Espert.
La discusión sobre los umbrales para la distribución de bancas también está presente. En 2021, en la Ciudad, el umbral fue del 15% dentro de la alianza (equivalente al 7% a nivel nacional), con el objetivo de evitar que los competidores armaran sus propias listas por fuera del frente. Ahora, algunos sectores proponen elevar ese umbral al 30%.
Queda la incertidumbre sobre la posibilidad de incorporar a otros actores provenientes del peronismo. El ala liderada por Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales propuso incluir a Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba, con su partido «Hacemos». Sin embargo, esta propuesta fue rechazada por Patricia Bullrich y algunos sectores del radicalismo. Habrá que ver si es posible el ingreso de otros partidos provinciales.
Mientras se negocia la alianza, algunos sectores de la coalición buscan evitar las elecciones primarias abiertas simultáneas (PASO). El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, fue quien lo mencionó abiertamente, aunque aún falta mucho para que esto se concrete.