ARGENTINA, DE COMUNIDAD ORGANIZADA A COLECTIVOS IDEOLOGIZADOS

“La historia es, más o menos, una simpleza. Es tradición. No queremos tradición. Queremos vivir en el presente y la única historia que tiene algún valor es la que nosotros hacemos”, Henry Ford.

No pego, critico. La finalidad de esta reflexión no es buscar la polémica por ella misma, todo lo contrario. Es tratar de discernir si nos encontramos ante un colectivo humano crítico, interesado por la realidad social de los oprimidos; o una cofradía que nos impone sus premisas subordinantes. Sea uno u otro, tienen un mismo umbral ideológico.

Nuestra hipótesis de trabajo es que, estas corrientes de pensamientos movilizantes se han apropiado de los planteos de la Escuela de Frankfurt, hoy refuncionalizada por las Corporaciones.

Si seguimos cierta teoría crítica althusseriana aceptando que, el sistema educativo reproduce una ideología en la cual se va amoldando y acondicionando el pensamiento del sujeto hacia la reproducción del mismo sistema dominante…entonces, si observamos que la gran mayoría de los formadores de conciencia, de nuestra comunidad, se adscriben a las líneas de la escuela alemana, concluiremos “dialécticamente” que ellos son, también, formadores ideológicos dominantes. Y la realidad nos está demostrando que sus planteos no han liberado a nadie. Insectificaron a la persona humana.

Nuestros maestros y profesores, ideologizados e ideologizantes, vienen bajando líneas ideologizadas a sus alumnos, nuestros hijos, en cuestiones como:

1.- el estado opresor (Foucault)
2.- la Iglesia represiva (Althusser)
3.- la emancipación de los cuerpos (Habermas)
4.- el sexo como construcción social (Fromm)
5.- la industria cultural, el lenguaje, como artefacto de dominación (Adorno)
6.- la única revolución posible es la de los marginados y la liberación sexual (Marcuse)
7.- la familia como orden autoritario (Horkheimer)
8.- no se nace mujer, el hombre es opresor, el embarazo es un drama que oprime a la mujer, el feto es un parásito, no existe el instinto maternal (Simone de Beauvoir)
9.- la patria es el otro (Emmanuel Levinas)
10.- deconstrucción del lenguaje (Jacques Derrida)

La mayoría de aquellos escribientes se han apoyado en el libro de F. Engels «El origen de la familia, de la propiedad y del estado» (1884), que no es más que literatura conjetural, ni siquiera tomaron el pensamiento de Carlos Marx (tamizado por el estalinismo ruso, ergo, ¿hay otro Marx?, como si no alcanzara con uno), a lo que le sumaron el psicoanálisis freudiano, consumando una síntesis «ilusionista» que resuelva la infelicidad del ser humano, producto de la explotación capitalista.

Ahora, ¿qué hace que estas construcciones ideológicas sean mejores que nuestras ideas? ¿Por qué estos intelectuales son superiores a nuestros pensadores nacionales? ¿Es válido trasplantar categorías de pensamientos de los laboratorios europeos a nuestras tierras, con realidades, vivencias, sentidos, totalmente diferentes entre una y otras geografías?

Ideología subordinante Vs. Insubordinación Fundante (Marcelo Gullo) y Teoría del Disenso (Alberto Buela). Tenemos los mejores aperos para construir nuestra montura y cabalgar estos tiempos inciertos.

Por ello que, es importante, para reafirmar convicciones, saber desde dónde se parte cuando se levantan banderas. Al expresarse en nombre de los pobres, de los más humildes, de los marginados por el sistema, tienen el deber de comprender desde qué construcción ideológica lo hacen, y el compromiso en advertir adónde lleva dicha elección. Incluso, la obligación de asumir responsabilidades por las consecuencias ulteriores.

Nuestras comunidades tienen sus saberes, que no es para desestructurarlo o descolonizarlo, sino para insubordinarlo de las imposiciones prepotentes de los ideologismos europeos. Por una nueva Emancipación cultural de nuestra América Hispana, transformando las resistencias en verdaderas fuerzas de liberación nacional y continental, incentivando la caridad, la justicia y la libertad en nuestros pueblos, rompiendo con la ignorancia impulsada, no por la neocolonialidad globalista, sino por la megalomanía de estos nuevos “dioses de la web”, los verdaderos enemigos del presente real.

La tragedia de nuestro tiempo es que la dominación está unida y la resistencia está fragmentada. El conocimiento occidental nos ha impuesto un programa basado en la imposibilidad de pensar otro mundo distinto al que nos ofrecen. Para ello tuvieron que subordinar la cultura de nuestros pueblos, cancelando toda manifestación de hispanismo, humanismo, cristianismo, nacionalismos, federalismo, comunidad, organización.

Vamos en camino de la transvaloración de todos los valores, morales y éticos, de nuestra comunidad nacional. Hoy la verdad y la mentira ocupan el mismo espacio-tiempo. “Diuíde et impéra”, divide y domina, decía Julio César.

En definitiva, todos estos colectivos, nuestra pérdida de identidad cultural y sentido de pertenencia, la ruptura con nuestro pasado histórico, el enfrentamiento entre nosotros, tiene un solo objetivo: el divisionismo, mal llamado “grieta”. En el S. XIX fue así, en el S.XX también y en el actual no hay cambios.

Cuestionar la perspectiva divisionista y poder erradicarla constituirá un gran desafío para todo paisano de bien. Atenuar el clima de agresiones innecesarias y optimizar nuestras energías, que en vez de enfrentarnos unos con otros, nos organicemos detrás de un Proyecto de Nación en común, será nuestro triunfo. Pero para eso hay que empezar a persuadir, a predicar, para forjar un hombre nuevo, existente y no virtual (avatar o metaverso).

Perón alumbró el camino cuando sostuvo que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino. Hoy debemos plantearnos que para un hispanoamericano no hay nada más maravilloso que su pueblo y su tierra. Esa visión constituye el mayor desafío que tenemos como comunidad toda. Debemos unirnos para lograr el anhelo de un pueblo feliz y una Patria Grande.

Luis Gotte
la pequeña trinchera

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