BUENOS AIRES, ORGULLO FEDERAL

El Estado Federativo de Buenos Ayres tiene su gobierno ocupado por un profano porteñismo…el eterno retorno al fracaso.

El vaciamiento poblacional de su región surera, el amontonamiento conurbanense, la desarticulación y falta de movilidad interurbana, el menoscabo a una legítima autonomía municipal no son casuales, van acorde a las necesidades electorales del poder central de la Ciudad Capital del Buen Ayre. Pero, son las decisiones (carencia de amor a nuestra provincia) de cobardes y gallináceos intendentes, concejales, diputados y senadores que vuela bajo, las que nos pusieron es esta situación. Arrodillidistas que obedecen los mandatos que les asignan desde el Sillón de Rivadavia.

La comunidad bonaerense manifiesta síntomas de una colectividad rota y embrutecida, que lastima y desgarra. Sujeta a engranajes meramente electoralistas, donde nuestro paisano es tan solo un voto y su barrio, una base electoral. Ya no es una persona humana que busca realizarse en una comunidad que también debe realizarse. El poder político local es un medio para satisfacer intereses que nada tienen que ver con nuestra provincia de Buenos Ayres.
La política no se devela como herramienta para construir una voluntad comunitaria que recree la noción de pertenencia, de unidad del conjunto y de realización personal ligado al destino colectivo.

Es urgente recuperar nuestros valores y principios, tradiciones, saberes y decires que conformen nuestra identidad cultural bonaerenses, que genere gobernantes virtuosos que honren y respeten su suelo. Significa fabricar nuestra propia montura para cabalgar estos tiempos de globalización, de desarraigos y destierros. Y un nuevo y perdurable sentido de convivencia entre nuestros paisanos, a partir del orgullo que significa habitar una tierra que dio hombres que lideraron importantes procesos históricos, que fue la cuna federal de Dorrego y Juan Manuel de Rosas, la Patria chica de Alem, Perón y Evita, la tierra literaria del Martín Fierro, del canto surero y la prosa gaucha.

Saberse hijo de una provincia orgullosa, altanera pero sencilla y vistosa, que expulsó a ingleses y franceses, que dio sus mejores hijos para emancipar estas tierras, que derrotaron al Imperio del Brasil, sus mejores brazos dándole de comer a Europa. Hoy somos sobrevivientes, harapientos y mendigos, con oscuras desigualdades sociales y educativas.

Los que no estamos arrodillados, no queremos nada de arriba. Solo queremos lo que es nuestro por argentino y bonaerense: restablecer el federalismo, su autonomía e independencia del poder del Estado central. Que se cumplan los mandatos del Art. 1 y 123 de nuestra Ley Suprema.

“…No hemos nacido culebras: los pampas no son serviles; conozco ciertos reptiles de alpargatas, despreciables, que se arrastran miserables y andan chimangueando el cielo: esos no son de tu suelo, Provincia de Buenos Aires…” Omar Moreno Palacios

Luis Gotte
la pequeña federal

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