Centauros herederos del Mío Cid.
Criollos, de sangre hispana y venas americana, el verdadero cimiento de nuestra nacionalidad ARGENTINA. Hacedores de la Patria, la que supieron amar, de amor verdadero, sacrificando todo por ella y su pueblo. Nos dieron sentido de pertenencia e identidad. Fueron síntesis de los anhelos y sueños colectivos. De un destino en común.
Con el Sol de mayo irá asomando una creciente anarquía en las Provincias Unidas del Río de la Plata. Emergen dos corrientes opuestas: los Unitarios, los que al pueblo deshonran y los Federales, el son de un pueblo noble. Los primeros, con ideas iluministas y liberales buscan borrar la cultura hispánica de nuestras tierras a la cual consideraban «barbarie», quieren un país centralizado y subordinado al mercado económico europeo, principalmente Británico.
Y, los Federales, de la Santa Causa, los defensores de nuestra cultura hispánica, de la tradición católica, de las autonomías de las provincias que anhelan ser respetadas para decidir en una comunidad nacional FEDERAL y soberana con independencia económica. Insubordinados. Defensores del nacionalismo cultural y económico, y a favor de la unión hispanoamericana. La Patria Grande de Artigas.
Decía Leopoldo Marechal «el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria.» Es nuestro camino para recuperar esta Argentina enferma, escamoteada, traicionada y dolida; del envenenamiento centralista que nos ha puesto en esta terrible situación, donde la confusión reina en esta sufriente tierra.
Hoy en nuestra Argentina la LIBERTAD yo no crece, el poncho federal está cubierto de negro luto y las lanzas quebradas. Barranco Yaco, Caseros y los Urquizas se irán multiplicado. Tendrán otros nombres, pero el objetivo sigue siendo el mismo: matar al FEDERALISMO entregando a la Patria.
“La Federación ha salido del gaucho, del rancho, del aislamiento de la provincia, de la barbarie; pero tenía una base poderosa y duradera: el pueblo…Cada provincia interior se reconcentró en sí misma, y al fin se fueron creando relaciones por la guerra, por las alianzas de los caudillos, por los tratados, etc…por Rosas, en fin, que reincorporó a la Nación…” ha dicho Sarmiento.
Pucha, que buena suerte…que buena suerte. Soy argentino y siento la gloria infinita de ser FEDERAL.
Pero oigan esta razón, aunque ellos ya no estén, o no se los enseñen a nuestros hijos en los colegios. Aunque pretendan olvidarlos. Ellos viven en el corazón del verdadero pueblo argentino. Aún están galopeando en nuestra tierra, envueltos en sus ponchos de cara al cielo gritando “Viva la Santa Federación y mueran los traidores”, los que mancillaron el blanco y el azul del cielo los colores.
Ni a Quiroga lo han matado ni a Rosas desterrado…a nuestros caudillos federales nadie los mata, porque son causa de la Patria. Causa de la FEDERACIÓN.
Luis Gotte
la trinchera federal