Soy hijo de la Provincia de Buenos Aires

Pucha, que distraídos viven los políticos que nuestros paisanos andan tristeando desesperanzas…Nos pusieron a un porteño de gobernador, irrespetando nuestra historia de Federación.

Soy bonaerense de corazón y orgulloso estoy de esta provincia campera y surera. Es Buenos Aires mi tierra querida, cuna de nacimiento, de infancia disfrutada y adolescencia cargada de sueños y esperanzas. Como no amar esta tierra, a su gente solidaria y bien cristiana, oyendo el canto de sus pájaros y del milagro, al ver una semilla caer en su suelo y a la semana ya en flor.

Mi alma se conmueve de dolor por el maltrato a mi provincia, políticos sin patria ni nación. Es mi terruño querido donde flameó la bandera de la federación, del puño señero de nuestro Cid Campeador, Dn Juan Manuel de Rosas. Provincia de Buenos Aires regada con la sangre de Manuel Dorrego asesinado a traición, por los de levita de la ciudad del Buen Aire, que hoy nos puso gobernador.

Tierra bonaerense que no conoces de fronteras y geografías, porque a todos proteges y amparas como a tus hijos propios: paraguayos, chilenos, bolivianos, brasileros, peruanos, venezolanos, centroamericanos. Incluso africanos y asiáticos. ¿Díganme si hay otra igual? La provincia cósmica de nuestro planeta Tierra, pequeño gran espacio del Universalismo que deberá llegar.

Hombres y mujeres de la provincia de Buenos Aires, es momento de levantar la bandera de la organización, federal y municipal, es hora de recordar nuestra UNIDAD. Entregarnos al amor a esta tierra que Dios nos prestó.

Es mi provincia que amo con todo el corazón, la más hermosa que el Sol nunca vio, por eso tristeo por la situación que el mal político nos causó. Hambre, miseria, empobrecimiento. Trata, narco, delincuencia a corta edad. Agitemos nuestros corazones, que comience a bullir la sangre, el rugir de nuestras gargantas y que la bravura de nuestros pasos sea temida por los desgobernantes, por los advenedizos que quieran domesticarnos. Que la arrogancia del Centralismo no pisotee nuestra autonomía a decidirnos.

Oh tierra de Buenos Aires que me vistes nacer y correr por tus calles de Nicanor Otamendi, de gente buena y laboriosa, me toco crecer en medio de la pobreza, con sinsabores y desconsuelos, pero tú me supiste hacer entender y comprender cuál es el camino a seguir. Me enseñaste a crecer, aprender, a creer, a soñar. Gracias mi Provincia amada, así te siento tierra querida, por haberme dado todo cuanto pudiste. Y soy uno más que en deuda siempre estará.

Paisanos, la vida no vale nada si no es para vivirla con justicia y dignidad…

Luis Gotte
La Trinchera Federal

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