Esos funcionarios, aún sin nombramiento oficial, no tienen firma, no cobran y no pueden viajar. En el Gobierno reconocieron que las designaciones se demoraron más de lo previsto, pero dicen que sería inminente la solución. La mayoría de los organismos descentralizados ya tienen responsable.
Ganar las elecciones parece haber sido bastante más fácil para el Frente de Todos que ocupar la grilla del Estado nacional. Les llevó dos meses, que hoy se cumplen, para tener las Secretarías y Subsecretarías cubiertas. Las últimas designaciones las firmó el Presidente antes de su gira europea y, en líneas generales, en la Casa Rosada ya dan por terminada la crisis que frenó el inicio del Gobierno, perjudicando no sólo a quienes no podían cobrar su sueldo sino, más que nada, al funcionamiento del Estado, ya que se carecía de las firmas necesarias para el pago de proveedores y el llamado a licitaciones, entre tantos asuntos.
También están nombrados los responsables de la gran mayoría de los organismos descentralizados, los organismos descentrados, los fondos fiduciarios, las sociedades del estado y las sociedades anónimas con participación del Estado o empresas públicas no estatales, unas 236 estructuras que también requieren insumos para su normal funcionamiento, autorizaciones para viajar, créditos para aprobar o sanciones para imponer. Durante dos meses, gran cantidad de decisiones estatales estuvieron en el limbo hasta que, lentamente, la burocracia tomó ritmo.
De todos modos, no hay todavía ninguna designación formal de director nacional o director simple, funcionarios políticos de cuarta y quinta categoría en el escalafón que ya están trabajando, pero siguen sin cobrar, sin firma y que, por lo tanto, no pueden viajar, por ejemplo, lo que dificulta sus funciones en algunos ministerios específicos, como el caso de Relaciones Exteriores o Interior, por mencionar dos casos donde el problema perjudica el normal funcionamiento de las tareas.
Se trata de unos 300 funcionarios, aproximadamente, si se toman los que revisten en los ministerios, quizás todavía más, ya que sólo en la ANSES, por ejemplo, hay 50 directores que cumplen funciones en todo el país. No fueron prioridad porque en ese nivel no se necesita su firma para la autorización de expedientes, sólo es recomendable una inicial que funciona como un “visto”. Y si bien estas incorporaciones no serán revisadas por el Presidente, como lo fue en el caso de secretarios y subsecretarios, sí deben estar analizadas por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
En muchos casos, cuando se trata de responsabilidades que tienen que desarrollar en el interior, estos cargos son negociados con los gobernadores o referentes políticos locales, lo que explica la demora. Antes, el Gobierno tuvo que tomar la decisión política de dar marcha atrás a nombramientos que la gestión de Mauricio Macri formalizó como planta permanente y que esta administración consideró que eran cargos políticos y, por tanto, no sólo podían ser removidos, sino que tampoco debían cobrar la doble indemnización que se decretó para evitar la ola de despidos en el mundo privado.
Fuente Infobae