El precandidato a vicepresidente por Consenso Federal aseguró que “casi la mitad de los argentinos” no quiere la continuidad de Mauricio Macri ni la vuelta de Cristina Kirchner.
El gobernador de Salta y precandidato a vicepresidente por Consenso Federal, Juan Manuel Urtubey, negó este martes haberse sentido traicionado por los pases de sus ex aliados -Sergio Massa al kirchnerismo y Miguel Ángel Pichetto al PRO-, al asegurar que «tendrán sus razones».
«No veo que haya sido una traición. He aprendido a respetar a la gente desde la diversidad. Sinceramente creo la Argentina necesita salir de la pretendida polarización. Ellos han cambiado de opinión y tendrán sus razones. ¿Quién soy yo para juzgarlos? No me siento con autoridad moral para ser censor de la Nación», se preguntó Urtubey durante su exposición en el ciclo «Democracia & Desarrollo» que organiza Clarín en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
Y agregó, con humor: «En todo caso hay que consultarlo con sus analistas…«.
Por otra parte, el gobernador dijo tener «muchísima confianza» en que en noviembre su espacio se encontrará «con otra fuerza política para disputar la segunda vuelta».
«Casi la mitad de los argentinos no quiere saber nada ni con este gobierno ni con el anterior», indicó.
Para Urtubey, «no existe el escenario de polarización que se quiere instalar, ya que nadie tiene una intención de voto del 50 por ciento, y nadie lo va a tener, ya que los argentinos no quieren quedarse con la opción de lo malo o lo peor».
El compañero de fórmula de Roberto Lavagna destacó cómo se resolvió la interna con el ex ministro de Economía dentro de Consenso Federal, al señalar que «mantener un problema de cartel o de pelea por el poder entre dos candidatos es absurdo y fuimos prácticos al tomar esta decisión».
«La gente está harta de la política, ya que el sistema político argentino ha demostrado ser totalmente ineficiente para resolver los problemas de la gente y tiene la lógica de la confrontación y la pelea permanente».
Por otra parte, al ser consultado sobre el efecto de la designación de Pichetto en los mercados, el precandidato a vicepresidente afirmó estar «más preocupado por el efecto supermercado que por el efecto mercado«, y consideró que esa visión «es solo superficial».
Y cerró: «Es una sobreactuación pretender que la incorporación de una candidatura vaya a resolver un problema económico, es casi una falta de respeto».