A pesar de la preocupante escalada de precios en el mercado de la carne, los argentinos no renuncian a la tradición del asado para despedir el año. En un escenario donde se especula con una disminución en el consumo de carne en 2024 debido a los aumentos.
Diego, el encargado de una reconocida carnicería de Mataderos, compartió sus observaciones sobre las preferencias de los consumidores en estas fiestas. «Mucho asado y mucho lechón, por suerte la gente se volcó», señaló. A pesar de los costos crecientes, la demanda parece no ceder.
Para aquellos que planean organizar un asado completo para ocho personas, los precios oscilan alrededor de los $5.000 el kilo, según informó Diego. «Serían entre $20.000 y $22.000 si lo dividís entre ocho personas, estamos hablando de $3.000 por cabeza», detalló, brindando una perspectiva sobre el gasto per cápita en una celebración típica.
En cuanto a los cortes más solicitados, la lista incluye:
- Chorizo de cerdo: $5.199
- Morcilla: $3.000
- Ojo de bife: $8.499
- Entraña: $8.499
- Molleja: $4.599
- Chinchulín: $1.100
- Asado: $5.000
- Pollo: $1.600
- Pata y muslo: $1.700
Para quienes buscan alternativas más accesibles, el cerdo emerge como una opción viable. El kilo de pechito de cerdo ronda los $3.800, manteniéndose como una alternativa más económica en comparación con algunos cortes bovinos.
Entre los cortes más destacados, la entraña, pesando 700 gramos, es uno de los elementos más caros del asado, alcanzando los $8.500 el kilo en la zona de Mataderos.
«La modalidad de compra ahora es: la gente viene con lo que le alcanza, revisa las ofertas y, si tiene $5.000, lleva eso», comentó el carnicero, reflejando la realidad de un mercado donde los consumidores adaptan sus compras a sus posibilidades económicas.
En medio de la incertidumbre sobre el futuro de los precios de la carne, la creatividad y la búsqueda de alternativas se vuelven esenciales para mantener viva la tradición del asado argentino, incluso en tiempos de desafíos económicos.