El impacto de la crisis económica sobre los jubilados se hace cada vez más evidente, con una marcada caída en la venta de medicamentos recetados y el aumento de precios que agrava la situación. El sector farmacéutico ha alertado sobre esta problemática, destacando que la inflación y las medidas económicas recientes han dejado a muchos jubilados en la disyuntiva de elegir entre comprar alimentos o adquirir sus medicamentos.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que las ventas de medicamentos en farmacias cayeron un 17,4% interanual en agosto, en un contexto donde los jubilados, con ingresos mínimos que a partir de octubre serán de $244.320,56, ven cómo sus necesidades básicas compiten con el acceso a fármacos esenciales. Este panorama es aún más sombrío debido a los recortes en la cobertura de PAMI, que han incrementado la carga económica para quienes más dependen de estos beneficios.
Rubén Sajem, del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos, subrayó la gravedad del problema: «La gente prioriza comer o pagar tarifas, dejando de lado la compra de medicamentos», afirmó. Además, mencionó que el total de unidades vendidas cayó de 61 millones en agosto de 2023 a 51,85 millones en agosto de 2024, con un 70% de esta reducción concentrada en medicamentos recetados.
Otro aspecto relevante es el constante aumento en los precios de los fármacos. Desde finales de 2023, los precios subieron un 67% por encima de la inflación, lo que implica un golpe adicional al bolsillo de los jubilados. A pesar de que las farmacias intentan mantener sus stocks, muchas están enfrentando problemas debido a la recesión, y las marcas más económicas no siempre están disponibles.
El gobierno anterior había establecido un acuerdo con los laboratorios para que PAMI pudiera ofrecer medicamentos a precios más bajos, pero este acuerdo fue revertido en marzo de 2024. Desde entonces, los laboratorios incrementan los precios un 4% mensual por encima de la inflación, lo que se traduce en un aumento del 26% para los jubilados en comparación con el año anterior. Además, PAMI enfrenta dificultades para pagar a las farmacias, lo que pone en riesgo la entrega de medicamentos.