En un intento fallido por frenar la ola de protestas, el Gobierno se enfrenta a una jornada de caos y paro protagonizado por los estatales. A pesar de los esfuerzos de la Secretaría de Trabajo por calmar los ánimos con un aumento salarial del 8 por ciento, las medidas de fuerza convocadas por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y el paro de 48 horas en el Senasa se mantienen firmes.
Rodolfo Aguiar, líder de ATE Nacional, calificó la propuesta gubernamental como «inaceptable», denunciando un ajuste que sumerge a miles de estatales en la pobreza. Ante este escenario, ATE ratifica sus medidas y exige la reincorporación de los despedidos y la renovación automática de contratos.
Este martes, una Jornada Nacional de Protesta sacudirá el país, con un acto previsto frente a la Secretaría de Agricultura Familiar en la capital. Mercedes Cabezas, secretaria adjunta de ATE, promete construir trincheras para defender las políticas públicas en favor de las mayorías populares.
En medio de la tensión, los trabajadores del Senasa anuncian un paro que amenaza con paralizar puertos, aeropuertos y aduanas. Aguiar advierte sobre un escenario de creciente conflictividad en el Estado en las próximas semanas, denunciando una prioridad gubernamental en la represión sobre las necesidades básicas del pueblo argentino.
La situación se presenta como un desafío mayúsculo para el Gobierno, que lucha por contener una crisis que parece estar fuera de control.