¿Por qué Milei y sus Acólitos Temen el 24 de Marzo?»

En medio de un clima de tensión, el Gobierno se encuentra en vilo ante la inminente marcha del 24 de marzo. Una ola de miedo y amenazas ha sacudido los cimientos del poder, tratando de infundir temor en la población antes del histórico evento. La movilización, que contará con la participación de la CGT, se desplegará en todo el país en defensa de los derechos humanos y en contra del plan de ajuste gubernamental.

A pocos días del esperado acto de masas para repudiar el golpe de 1976, la hija de desaparecidos fue atacada en su hogar, mientras que la editorial Marea, dedicada a la publicación de libros sobre derechos humanos, sufrió un brutal embate de 800 mensajes de odio. Además, Estela de Carlotto denunció la intervención de su teléfono. Estos acontecimientos ponen de manifiesto la gravedad del momento y la necesidad de un repudio unánime contra el terror y la impunidad.

La confirmación de la intención oficial de indultar a los genocidas ha generado un profundo malestar. Aunque la ley prohíbe expresamente el indulto para delitos de lesa humanidad, la sombra de la impunidad planea ominosamente sobre el país. Esta postura gubernamental, que se alinea con la propuesta económica de la dictadura, revela un sesgo autoritario y peligroso que no puede ser ignorado.

El negacionismo y la banalización de los crímenes de lesa humanidad son inaceptables. La historia no puede ser revisada ni tergiversada a conveniencia. La lucha contra la impunidad es un deber moral y una garantía para la construcción de una sociedad justa y democrática.

El acto del 24 de marzo trasciende las fronteras políticas y se erige como un símbolo de resistencia y memoria. Es la voz del pueblo que clama por verdad, justicia y reparación. La participación de la CGT y otros movimientos sociales refuerza el carácter plural y contundente de la convocatoria.

El intento del Gobierno de silenciar la marcha y desviar la atención de la crisis económica y social es evidente. Sin embargo, la calle no se deja intimidar. La fuerza del pueblo se hace sentir con cada paso dado hacia la justicia y la dignidad.

En este contexto, el 24 de marzo se convierte en un hito de lucha y resistencia, recordándonos que el pasado sigue vivo en el presente y que la memoria es nuestra mejor arma contra el olvido y la opresión. Es hora de levantarse y decir ¡Nunca Más!

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