Las cosas como son. El Estado Federativo de Buenos Aires no es FEDERAL, le cancelaron su autonomía y su independencia. Intervenida políticamente desde los inicios de esta fallida democracia. El soberano ya no es el pueblo, lo único que hace es legitimar, con un simple voto, este proceso de subordinación que, sólo con el Gran Conurbano alcanza para mantener esta situación. Son 40 Partidos-municipios que deciden, los otros 95 mendigan y obedecen.
No elegimos gobernador, senadores o diputados, nos lo imponen.
Sólo un gobernador, Antonio Cafiero, trató de cambiar esta realidad con una reforma constitucional, pero TODOS lo traicionan.
Para el Poder Ejecutivo Nacional, el presidente, su potencial adversario político no surge de la oposición en sí, es el gobernador de la provincia más importante de la Argentina, con el casi 38% de los votos electorales. Un gobernador que realice una buena gestión llegaría a ocupar el Sillón de Rivadavia. Es por eso que necesita de «alguno» o «alguien» controlable y domesticado, que ejecute políticas de corto vuelo. Estas son las causas por las que nunca logrará ser presidentes de la Nación algún gobernador bonaerense.. y también responsable de nuestro empobrecimiento.
En La Plata no hay ninguna maldición, embrujamiento o encantamiento, solo intereses mezquinos, egoístas y perniciosos, que no responden a la Constitución sino al poder político.
Peor aún, el Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio del Interior, inventa la Secretaría de Municipios (2003), para trabajar directamente con los Intendentes, saltando por encima del gobierno provincial. Serán los Intendentes conurbanenses los que terminan apoyando la decisión del presidente de votar al gobernador que, vaciado de poder, termina siendo un títere al servicio de la Ciudad Capital del Buen Ayre.
Nuestros paisanos de la Provincia de Buenos Ayres somos rehenes de las ambiciones políticas de unos pocos, debido a que el Conurbano no se pone los pantalones largos y se defina como BONAERENSE.
Luis Gotte
la pequeña federal
